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«La nave espacial» – Continúa la historia

Autoría:
Jahel Virallonga Chavarrías
Publicado:
19/01/2023
Última actualización:
02/04/2023

Corto animado para trabajar la comprensión audiovisual, aprender el vocabulario básico de las emociones y fomentar el respeto hacia los animales

Introducción

Un operario de limpieza, una nave espacial, y un tenedor. Así empieza esta historia colaborativa de la sección «Continúa la historia» escrita por estudiantes de español como lengua extranjera de nivel A2/B1.

Ejercicios

1

Capítulo I

Aquí tienes el capítulo I de Nadège Babenko de Anglet. Escúchalo y completa las actividades correspondientes. Si quieres inventar el segundo capítulo, tal y como ha hecho est...
Instrucciones

Aquí tienes el capítulo I de Nadège Babenko de Anglet. Escúchalo y completa las actividades correspondientes. Si quieres inventar el segundo capítulo, tal y como ha hecho esta alumna, sigue las instrucciones que hay en el siguiente apartado.

1

Capítulo II

Si quieres escribir el segundo capítulo, sigue las instrucciones:
Instrucciones

Si quieres escribir el segundo capítulo, sigue las instrucciones:

Este capítulo debe empezar así:

“Después oyó un ruido dentro de la nave…»

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Comentarios

100 comentarios

  • Noah Ilincev

    Al oír el ruido, Ignacio saltó y su corazón empezó a latir casi tan fuerte como latiba mientras intentaba robar su última cosa con su pandilla cuando era joven. Ya podía adivinar lo que pasó. Nervioso y precavido, el prisionero se giró lentamente y descubrió que la puerta pesada del nave espacial era cerrada. No había mucha luz en el escenario, así que Ignacio no pudo ver tan bien ni las manos ante sus ojos, cuanto más sus alrededores, pero cuando tomó unos pasos cortos adelante podía distinguir… una figura! Casi se demayó al ver la figura, pensando que era alguna fantasma o extraterrestre, pero al examinarlo con un poquito más paciencia, vio que era una figura humana. De repente oyó otro sonido en las oscuras. Después un silbido y unos pasos misteriosos. Varias figuras – sombras – se lanzaron en la oscuridad. Ignacio chilló. Era su vieja pandilla – Los Temidos Tenedores. – Sal de nuestro escondite, traidor.

  • Mateo Porto

    Al escuchar el ruido, Ignacio huye del teatro y va para su casa. Después de este día, el empleado vuelve a trabajar normalmente, hasta mirar para arriba y ver una nave de 200 metros de diámetro. La primera acción de Ignacio es desmayar. Al despertarse, todo lo que él consigue ver es una pequeña cama donde estaba durmiendo con cartel con letras muy raras que parecía ser de una lengua alienígena y una puerta de titanio con un metro de espesor. A eso de dos horas de desespero, la puerta se abre automaticamente y aparecen dos vacas de pie muy grandes. Ignacio se queda muy impresionado y grita por ayuda como si tuviese alguien para ajudarle. Las dos enormes vacas miran su desespero y conversan entre si. Ellas quieren comunicarse con Ignacio pero no saben su lengua, luego ellas hablan millares de tipos de comunicaciones hasta llegar a la lengua española. Las vacas explican que están a más de 225 millones de kilómetros de su casa. Elas hablan que Ignacio fue elejido para salvar el planeta Marte y acabar con Meribin, la hormiga devoradora de carne. Las vacas explican que hay más de un millón de vacas amamantando el suelo de Marte y Meribin que es del planeta hormiga del universo 1000-77 y vino con el objetivo de acabar con las vaquitas. Ignacio dice que solamente quiere volver a Madrid para su vida calma y normal. Las vacas dicen a Ignacio que él solo puede volver a su planeta sí ayudarlas. Ignacio equipa un traje para el vacuo espacial y aplasta Meribim con su enorme pie. Las vacas conmemoran por su ayuda e inyectan un soro de amnesia en Ignacio para dormir y no se acordar de nada que aconteció. Colorin colorado este cuento se ha acabado.

  • Larissa Vitória

    Ignacio se congeló al escuchar el ruido. Era como si alguien estuviera revolviendo cubiertos dentro de la nave. “¿Quién diablos está jugando al chef galáctico?”, pensó mientras se acercaba lentamente, con el tenedor en la mano como si fuera un arma letal.

    Con cautela, golpeó la nave espacial con el mango del tenedor. “¡Eh! ¿Hay alguien ahí?”, preguntó con una voz que intentaba sonar firme, pero que traicionaba su miedo.

    De repente, la puerta de la nave se abrió con un sonido metálico. Un extraterrestre bajito, con un delantal y un sombrero de chef, apareció en la entrada. “¡Por fin! ¿Trajiste el resto de los cubiertos? No puedo hacer mi famosa Paella Cósmica sin ellos”, dijo el alienígena, con una voz chillona pero educada.

    Ignacio no podía creer lo que estaba viendo. “¿Paella cósmica? ¿En un teatro abandonado?”, tartamudeó.

    El alienígena suspiró. “Mira, aterrizamos aquí por error durante nuestra última entrega de comida intergaláctica, y este teatro es el único lugar con suficiente espacio para una cocina portátil. Pero los humanos son tan complicados… ¡ni siquiera tienen cubiertos de titanio antigravedad!”

    Ignacio, aún en shock, pensó en salir corriendo, pero algo lo detuvo. “Espera, ¿dijiste paella? ¿Te importa si la pruebo primero?”

    El alienígena asintió, encantado por la idea. “Claro, pero necesitaré que peles estas gambas espaciales. ¡Ah, y trae más tenedores si puedes!”

    Mientras Ignacio se ocupaba de las gambas, llegó su jefe. “¿Ignacio? ¿Qué está pasando aquí?”

    Ignacio, cubierto de polvo y con un alienígena a su lado preparando la paella más extraña de la galaxia, solo pudo decir: “Pues… es un día normal en la oficina”.

    Y así, el teatro abandonado se convirtió en el primer restaurante intergaláctico de la Tierra, donde Ignacio fue nombrado Gerente de Relaciones Humanas y Espaciales. El plato estrella: Paella Cósmica con Gambas de Andrómeda.

  • Anastasía

    Después oyó un ruido dentro de la nave. Al escuchar un sonido desconocido, se estremeció, pero al final el miedo fue superado por la curiosidad. Se acercó y escuchó desde el barco, los tristes sonidos de un ser vivo y, por lo que le pareció, muy pequeño. Subió y se dirigió a esa parte de la nave de donde venían esos sonidos tan raros. Se paró, nuevamente escuchó que los sonidos se hacían más altos y, entonces, muy seguro, fue hacia allí. Entró en una pequeña habitación, parecida al camarote de un barco. En el interior había una cama, una silla, y una pila de libros. De repente, volvió a escuchar ese sonido que venía de debajo de los libros. Se inclinó y comenzó a ordenar los libros. Al ordenar el último, vio a un pequeño gatito. Un gatito de los que no hay en la Tierra. Era un gatito rosa con un ojo verde y otro azul, tenía una pequeña cola redondita como la de un conejito. Él sonrió y luego el gato le dijo:
    -¡Gracias por salvarme! Soy del planeta Júpiter y puedo contarte muchas cosas interesantes, pero por favor, no me devuelvas al laboratorio de los científicos. No quiero volver allí. Me están buscando y si me encuentran…
    El gatito cerró los ojitos y empezó a temblar,
    El operario estaba muy sorprendido… Un gato de raros colores que sabe hablar… ¡Qué locura! El gatito le contó muchas cosas de su increíble vida. Poco después Ignacio le dijo:
    -¡Vivirás conmigo! ¡Nadie más te hará daño!
    Por primera vez en su vida Ignacio sintió la responsabilidad por un ser vivo. Por primera vez su vida tenía sentido…. Ignacio recogió al gatito y lo llevó a su casa. Se cuidaban uno del otro y decidieron no volver más a ese lugar ni contarle nada a nadie. Así el gatito misterioso estaba a salvo, pero ¿quién salvó a quién al final?

  • El teatro, viejo y lleno de polvo, estaba sumido en el silencio. El hombre, que trabajaba limpiando, movía el escobillón lentamente por el suelo de madera desgastada. Era tarde y las luces apenas iluminaban las sombras que se proyectaban en las paredes. De repente, un ruido rompió la quietud. Se detuvo de inmediato, el corazón latiendo más rápido. Algo había sonado, un golpe suave, como un paso.

    Se quedó inmóvil por unos segundos, luego, sin saber bien por qué, sus manos buscaron la única cosa que podía servirle de defensa: una vieja cuchara de la cafetería que había encontrado antes. No era gran cosa, pero era mejor que nada. Con cuidado, se movió hacia una puerta lateral y se escondió detrás de ella, respirando de manera entrecortada.

    Intentó escuchar con más atención. Los pasos eran más claros ahora, lentos y cautelosos, como si alguien estuviera inspeccionando el lugar. Estaban cada vez más cerca. Sujetando con fuerza la cuchara, se pegó a la pared, sintiendo el frío de la madera. Podía escuchar cómo el sonido de los pasos resonaba en el eco del gran salón vacío. ¿De dónde venían? ¿Del escenario? ¿Del balcón?

    Cerró los ojos por un momento, esperando que todo fuera su imaginación. Pero los pasos seguían acercándose, y ahora parecían estar justo frente a él. El aire se volvía más denso, y el hombre apenas se atrevía a respirar. Los pasos se detuvieron. El suelo crujió bajo el peso de quien fuera que estaba ahí, y el hombre, aún sin aliento, supo que lo peor estaba por suceder.

  • Después oyó un ruido dentro de la nave…Ignacio se quedó en silencio, escuchando por otra ruido, y ¡pudo oír su corazon rapidamente! El ruido era como una zumbido, y había tambíen un sonido, como alguien tarareando una melodía muy extraña. El pelo de la nuca y de los brazos erizó, y tuvo que reprimir un grito. ¿Qué había dentro el nave espacial? Ignacio no podía moverse. Quería correr, per las piernas no functionaban. De repente,abrío la puerta de el nave espacial, y alguien apareció. Era muy rotundo, y tenía muchas piernas pequeñas, muchas más que una araña. Tenía cuatros brazos, ¡y en tres de las manos tenía los tenedores! Buscaba el cuatro tenedor. Pero lo peor era su boca. ¡La sonida extraña de la boca era muy atteradora! Ignacio gritó, y corrió por la puerta y pasillo. ¡Y entonces se despierto! Despues de todo, ¡solo era un sueño terrible!

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      ¡Muchas gracias or participar Marian! ¡aterrador! 🙂 Saludos

  • Me encanto el cuento pero era muy despacio. Le subí el volumen al máximo y todavía tenía problemas para escucharlo

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      Hola Pamela, nos alegra que te haya gustado este primer capítulo de la historia. Hemos revisado el audio, y tiene el volumen adecuado. Comprueba si puedes que no fuera una problema técnico de tu dispositivo. 🙂 Un saludo

  • Ignacio oyó un ruido dentro de la nave especial y después miró a su alrededor sorprendido y giró la cabeza para ver con atención a todos lados, pero no había nadie… ¡De repente, las luces se apagaron e él tragó con los ojos redondos! Ignacio Gritó : ¿No hay nadie aquí? ¿Qué está pasando aqui? Como no sabía dónde están los interruptores de luz, decidió salir rápidamente del pasillo , cuando de repente escuchó una voz fuerte: sorpresa!! “feliz cumpleaños”y se encendieron las luces. Todos los amigos de Ignacio estaban allí y ya se habían preparado su fiesta de cumpleaños, que hermosa sorpresa!!! La fiesta comenzó y sonaba la música y todos bailaban y cantaban juntos.

  • Ignacio oyó un ruido dentro de la nave espacial y luego la luz comenzó a parpadear. La puerta principal se cerró de golpe.

    Ignacio estaba terriblemente asustado y no podía moverse.

    Notó una sombra que cruzaba el escenario y luego comenzó a escuchar voces de niños, risas y música.

    Ignacio intentó salir corriendo del teatro, pero la puerta estaba bien cerrada. Cada vez comenzaron a aparecer más sombras en la habitación, Ignacio podía verlas cada vez con más claridad.

    Vio a muchos fantasmas de niños en el pasillo divirtiéndose y sosteniendo cajas de palomitas. Todos estaban esperando la actuación, pero de repente apareció humo de la nada en la habitación, los niños comenzaron a entrar en pánico y gritar.

    Ignacio no podía hacer nada, era como si algo lo retuviera, no podía moverse y solo seguía mirando.

    El humo negro llenó el teatro y el fuego comenzó a extenderse por todo el edificio.

    Ignacio, tomando fuerzas, pudo moverse. Agarró un tenedor del suelo y rápidamente comenzó a abrir con él la cerradura de la puerta.

    La puerta se abrió y pudo salir corriendo al patio.

    Cuando volvió, vio que ya no había humo ni niños en el teatro.

    Ignacio estaba seguro de que no lo había soñado, todo era real.

    Fue a la biblioteca local para conocer la historia de este teatro y encontró información de que hace 60 años, durante una obra, hubo un incendio en el que murieron niños.

    Después de eso, el teatro fue restaurado, pero nunca volvió a funcionar.

    Hubo rumores de que hay fantasmas de niños muertos en el teatro.

    Después de leer esta información, Ignacio quedó impactado al ver todo con sus propios ojos.

    Después de eso, él nunca más se acercó a este teatro.

  • Parte 2

    Ignacio observó la nave atentamente, y levantó la nave para encontrar dónde estaba el sonido. Después de un momento, unos extraterrestres salieron de la nave, son muchos. Los hay altos, bajos, gordos, flacos, viejos y jóvenes. Pero todos son muy pequeños que tienen un tamaño como una mano y son armarillos. En la nave espacial hay un tutor que puede traducir los lenguajes de todas los planetas. El líder usó el traductor para hablar con Ignacio. Le dije «Hola soy el líder de este grupo. Estamos aquí para viajar, somos del planeta Acir Atsoc». “Hola, Mi nombre es Ignacio, estoy limpiando este escenario. ¿Por qué viajan a este teatro viejo ? Aquí es muy viejo, antiguo, oscuro y hay mucho polvo. Respondió el líder “Todas las cosas son enormes para nosotros, también son muy peligrosas. La gente piensa en nosotros como ratones porque somos demasiado pequeños. Este teatro es el único lugar seguro para nosotros.” Ignacio pensó un rato y respondió. “Ah ~, Sí pueden vivir en mi casa, Aunque no es muy grande, está limpia, ordenada y luminosa. Mucho mejor que aquí, pero ustedes necesitan que me ayuden para limpiar el teatro”. Los extraterrestres acordaron ayudar y luego se fueron a la casa de Ignacio. En la casa de Ignacio hay 5 gatos y un perro. los extraterrestres rápidamente se hicieron amigas de las mascotas. los extraterrestres comen pan cuando tienen hambre , toman agua cuando tienen sad. A veces Ignacio los mete en una mochila y los lléva al parque. Un mes después todos los extraterrestres han ganado peso como una bola. Las vacaciones terminaron y los extraterrestres necesitan volver a Acir Atsoc en la nave espacial para trabajar. Pero la nave espacial volando más lento que antes. Los extraterrestres tuvieron un viaje muy interesante. Luego Ignacio escribió un libro sobre mis amigos extraterrestres.

  • Hay un perro en una tienda de mascotas que quiere encontrar dueño y espera ser adoptado todos los días. Pero todos sus perros al azar han sido adoptados y él todavía está en la tienda de mascotas. Tiene muchas ganas de que alguien lo adopte. Un mes después, a una niña le agradaba mucho, pero a sus padres no les gustaban los animales, por lo que tanto la niña como el perro se sintieron decepcionados. Pero después de seis meses, una joven le gustó mucho y decidió adoptarlo. El perro y la niña estaban muy felices y la niña le compró mucha comida y ropa. Regresaron a una casa pequeña porque las niñas eran más pobres.
    Al día siguiente, la niña construyó una pequeña casa con cajas de cartón para que viviera el perro, la niña también le compró muchas cosas al perro. Un día el perro encontró a su compañero, el perro jugó mucho tiempo con su amigo. Por la noche, la niña descubrió que los perros son muy especiales porque sus orejas son de diferentes colores. Además, sus pies son diferentes, los dos pies delanteros son grises y los dos pies traseros son blancos. La niña pensó que el perro era muy feo, así que lo arrojó afuera. El perro estaba muy triste y abandonó tristemente el hogar. Los perros han vuelto a ser perros callejeros, a muchas personas no les gustan los perros porque son muy sucios. Pero un día el perro conoció a una niña y decidió seguirla a casa. La niña al principio no se dio cuenta del perro, Más tarde, el perro ladró por detrás y la niña descubrió la presencia del perro, La niña pensó que era especial y se llevó al perro a casa.

  • Caminó lentamente hacia la aeronave, escuchando los sonidos cada vez más fuertes, y luego abrió con cuidado la escotilla de la aeronave.
    «¡Ah—!»
    «¡Miau—!»
    «¿Qué hace un gatito aqui?» Pensó.
    Ignacio miró sorprendido la escena que tenía delante.
    «¡Miau!» El gatito seguía parpadeando y frotándose contra la pierna de Ignacio.
    Ignacio sacudió la cabeza. «¡Esto es demasiado extraño! Nunca había oido hablar de un gato en este viejo teatro». Pensó para sí.
    «iMiau!» El gatito maullo, indicando a lgnacio que
    caminara hacia la esquina próxima al escenario.
    Ignacio lo siguió hasta la esquina. En la esquina había una caja.
    Abre la caja y encuentra en su interior algunos objetos bien conservados, como un diario, un reloj de bolsillo y una vieja entrada de teatro.
    Ignacio intuye que detrás de estos objetos debe haber algo no tan sencillo. Decide clasificarlos cuidadosamente y estudiarlos con la esperanza de descubrir la historia que se esconde tras este viejo teatro.

  • De la fuente del sonido se cayó un auricular, Ignacio lo recogió y vio que era un traductor automático.
    Alguien estaba hablando: «¿Por qué aquí hay personas? ¿Qué está haciendo?»
    Ignacio estaba asustado, dice:» ¿Soy Ignacio. quién eres? ino vengas aqui!»
    Aquel sonido dice:»Si yo soy un extraterrestre, ¿Irás a la policía?» «No sé. ¿Qué estás haciendo aquí?»
    «Mi nave espacial está rota y necesito arreglarla. ¿
    Puedes ayudarme? »
    Todavía estaba asustado. Pero el quería ayudarlo.
    «Si me prometes que no me harás daño, entonces te ayudaré.»
    «Ok, no voy a hacer nada contigo, solo reparar mi nave»
    Empezaron a reparar la nave e Ingacio ayudó mucho. Hablaron mucho durante el proceso de restauración.
    «Puedes ver mi casa, está en la calle.»
    «Si. Y mi casa está en un pequeño planeta en el universo.»
    «Si arreglamos tu nave, ¿te irás?»
    «ciertamente.»
    «¿vas a regresar?»
    «No sé. Quizás regrese, pero quizás no.

  • Después oyó un ruido dentro de la nave y notó un brillo. Ignacio (se percató de/se dió cuenta de) que alguien estaba dentro de la nave.

    Para protegerse él tomó un martillo y estaba esperando que pasara luego. De repente la nave se abrió y Ignacio vió una criatura. Era pequeña, con cola y tenía todos los colores de arcoiris. La criatura encontró a Ignacio y se quedó inmóvil. Ignacio sacó un martillo y le dijo (a la criatura) que su nombre era Ignacio, estaba allá para limpiar este edificio y no quería hacer nada malo. La criatura sintió que Ignacio decía la verdad y se relajó.

    Ignacio tomó su maleta, sacó un pan con queso y se lo dió a la criatura. Ella comió con avidez mientras miraba a Ignacio esperando. Ignacio decidió que había terminado su trabajo y sentía que no podía dejar a la criatura sola. El trajo toallas y dijo que iba a esconder la criatura y traerla a su casa. La criatura era muy curiosa y siguió a Ignacio…

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      Muchas gracias Anastasia por compartir tu segundo capítulo de la historia 🙂 Un Saludo.

  • Ron van der Schalk

    Ignacio entró a la nave especial para ver la causa del ruido. Con el rabillo del ojo Ignacio vio una rata. Al mismo tiempo la rata vio a Ignacio. Opuesto a lo que Ignacio esperaba, la rata se quedó sin moverse y mirándolo fijamente, inquebrantable. Sin miedo. Con confianza. Casi intimidante. Ignacio dió un paso para retroceder. ¨Pues, qué haces aquí¨ dijo Ignacio en una voz tranquila y amable.
    ¨Este es mi hogar, mi casa y vienes sin invitación¨ respondió la rata de pie sobre sus patas traseras lo que la hizo parecer más grande. Ignacio no podía creer que acababa de oír una rata hablar. Ignacio echó un vistazo alrededor para ver si alguna otra persona estaba allí burlándose de él. Nadie más que Ignacio estaba solo con la rata que hablaba.
    Su mente estaba abrumada por las posibilidades, también sentía que era mejor involucrarse pero ese no era su carácter. Ignacio inició con entusiasmo la conversación con la rata esperando no volverse loco. ¨Veremos lo que nos depara el destino mi amigo¨, Ignacio se dijo a él mismo.

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      Hola Ron! Muchas por compartir tu segundo capítulo de la nave espacial. Saludos.

  • Mauricio Chaves

    Ignacio por un momento miro el local mas nada encontro, entonces continuo su trabajo. otra vez Ignacio escucho un ruido, entonces quedo asustado y cuando mirou para o su lado vio una pequeñita sombra corriendo… el fue atrás mas nada encontro.

    Continuo a investigar el lugar para ver si encontraba alguna cosa, mas nada! penso que era cosa de su imaginación, entonces salio para dar una vuelta y relajar, comio algunas cositas y volvio para terminar su trabajo. asi que entra nuevamente en el lugar el ve una sombra en el fondo, con un formato de cabeza grande con dos antenas mas su cuerpo era pequeñito, al se aproximar hizo un pequeno ruido y asusto la pequeña criatura que se escondio nuevamente, de esta vez Ignacio vio para onde fue la sombra, al ir mas fondo en el lugar conseguio ver quien la sombra era, era un pequeno niño.

    por un momento el quedo muy asustado y sin saber que hacer, entonces pergunto… «donde está su familia?» el niño no respondio. el estaba viviendo sin familia, sin amigos, sin estrutura para su infancia. Ignacio quedo conmovido y por la primeira vez sentio que no queria ter mas una vida solitaria, entonces fue comprar comida, converso con el niño, lo llevo para la policia y indigo para saber el passado del niño mas nada encontro! entonces el tomou la decision de criar el niño como se fuese su proprio hijo, fue atrás de los documentos, legalizo la adoción y entonces se torno el nuevo papá del niño.

    depués de un tiempo Ignacio volvio para el mismo lugar… para terminar el trabajo que no había terminado por un largo tiempo, recordo que encontro Fernandez dentro de la nave espacial y ahora estaba en la escuela. El lugar es el miesmo, el trabajo es el mismo, mas lo que Ignacio sentia não era! fue un completo viaje espacial para él.

  • Después oyó un ruido dentro de la nave, el entró en la nave porque el quería saber lo que había dentro de la nave.
    Él entró en la nave y vio dos extranjeros que se parecían un poco a los humanos, pero tenían dos colas más de lo habitual. Además, había muchas cosas electrónicas dentro de la nave.
    Ignacio preguntó a los extranjeros cómo se llamaban y de dónde eran. Los extranjeros se llamaban Judith y Rubén y ellos eran de un planeta que se llamaba Artico.
    El planeta Artico estaba muy lejos del mundo de Ignacio, pero Rubén y Judith tuvieron un accidente con su Nave y por eso ellos estaban en el teatro.
    Ignacio preguntó a los dos si necesitaban ayuda inmediatamente, porque él pensó que querría tener ayuda también si el estuviera en la misma situación.
    Judith y Rubén dijeron que ellos necesitaban gasolina, agua y algo para comer. Ignacio estaba contento de poder ayudarles.
    Ignacio trajo gasolina y comida y después habló más con los extranjeros sobre su vida en el planeta extranjero.
    El planeta Artico tiene 200.000 años y Rubén y Judith tuvieron muchos amigos que vivían ahí también, pero hace 50.000 años todos los residentes salieron del planeta, porque descubrieron que la calidad de vida era mejor en otros planetas especialmente en la tierra. Por la noche Ignacio mostró su barrio a Rubén y Judith y después los dos tomaron la decisión de volver a su planeta, pero querían volver a verse en el futuro. Se despidieron e Ignacio estaba contento y agradecido de conocerlos.
    Él todavía piensa en esta maravillosa experiencia incluso un año después.

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      ¡Muchas gracias Maya por participar! Un saludo 🙂

  • Después oyó un ruido dentro de la nave y decidió entrar. De repente, un caimán con una caja de palomitas apareció y disparó al empleado con una pistola de tomates. Ignacio cayó inconsciente y el reptil gigante lo puso en una caja de metal. Cinco horas después se levantó y no vio al caimán. El hombre decidió salir corriendo y con el tenedor que había encontrado limpiando, abrió la caja y se salvó del peligro. No quería entrar más en esa nave, ya que debía investigar sobre aquel extraño caimán.

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      ¡Gracias Rosa! Si quieres alargar un poco más la historia para que tenga el mínimo de extensión, adelante, estaremos encantad@s de leerte 🙂

  • “Después oyó un ruido dentro de la nave…”
    Fue acercándose lentamente, vio unas cajas de palominas al suelo, todas vacías. No comprendió nada, pues no había nadie en el teatro.
    Ignacio se quedó asustado, no sabía lo que estaba ocurriendo en aquel momento, cuando de repente llegó un chico con una caja de palomitas en sus manos y los dos preguntaron al mismo tiempo.
    ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces acá?
    Se rieron y contestaran:
    Soy Ignacio, trabajo acá.
    Yo soy Palomo, siempre estaciono mi nave en este teatro, pues me gusta mucho comer palomitas, pero no encuentro mi tenedor. Por casualidad ¿no lo viste?
    Lo vi, pero ¿para qué necesitas un tenedor para comer palomitas?
    Porque las como así. Me regaló un amigo muy querido.
    ¿Qué amigo? preguntó Ignacio.
    Mi amigo Don Ratón, él siempre me regala palomitas. Soy amigo de su pareja Doña Ratona y sus 20 hijos pequeños. A todos les gusta jugar conmigo en mi nave.
    Ignacio estaba muy confundido y pensó que el chico sólo podría estar loco. Sin embargo, decidió seguir investigando de donde era Palomo.
    Vivo en un pequeño planeta muy lejano, pero me gusta viajar por el espacio, pero siempre vuelvo acá, pues es el único que tiene mi comida favorita, las palomitas.
    Mientras los dos se conocían, Don Ratón traía una caja de palomitas más y se asustó cuando vio Ignacio con una escoba en su mano.
    Pensó Don Ratón, es ahora que voy a morir…

    • Jahel Virallonga Chavarrías

      ¡Hola Daniela! Muchas gracias por participar. Un saludo,

  • ¡Ignacio se giró hacia la nave espacial y vio… a su jefe Víctor! Inmediatamente, notó que algo estaba mal. Él se veía enfermo o quizás embriagado. Se puso blanco y empezó a murmurar, agazapado, buscando algo por todas partes.

    “¿Qué está haciendo aquí?”, preguntó Ignacio, “¿Está bien?”. “¡Ay, no te vi! No, no estoy bien…”, respondió Victor, “Tengo que volver a casa, pero no encuentro las llaves de mi máquina. ¡Qué horror!”. La elección de la palabra “máquina” le parecía extraña a Ignacio. “Por favor, cálmese y describa tus llaves. Le voy a ayudar a encontrarlas”, Ignacio intentó asegurarle. “Pues… Son elongadas y están hechas de metal… Tienen cuatro picos por un lado y una manilla por el otro… También son perfectas para comer pasta… ¡Espera, aquí están! ¡Qué suerte!”. Victor le dio un tenedor a Ignacio. El pobrecito se quedó ojiplático. “¿Estas son las llaves? Y el coche es…?”. Victor se sorprendió: “¡No es un coche! ¡Es la máquina allí!”. Victor señaló la nave espacial. Ignacio se desmayó…

    Cuando se despertó, vio a Victor, que en ese punto había terminado de limpiar la máquina. “Victor”, susurró: “Por favor, dime quién es”. “Vale”, dijo, “no soy de por aquí. Llegué a la Tierra hace mucho tiempo. Necesitaba esconder mi máquina, de lo contrario la gente me mataría. ¡Tuve una idea estupenda: iba a pretender que era un decorado en un teatro! Ahora tengo que regresar a mi planeta natal y quería que mi nave estuviera limpia. Por eso te pedí que vinieras aquí”. “¿Y el tenedor…?”, Ignacio le preguntó. “¡Ah, eso es fácil! Perdía las llaves todo el tiempo. Quería descubrir un reemplazo que se pueda encontrar en cada casa. ¡El tenedor era perfecto!”.

    Al día siguiente, Ignacio se encontró en la oficina de su médico. Le contó lo que ocurrió. “¡Ay, claro, las alucinaciones son uno de los efectos secundarios de la medicación que tomas! Voy a cambiar tu prescripción”.

    Hoy, Ignacio encontró un tenedor en el bolsillo de su chaqueta vieja…

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