Unánimo: un juego para trabajar la recuperación de vocabulario y la conciencia semántica

¿Qué piensas cuando te dicen azul? ¿Crees que tus estudiantes pensarían lo mismo? Pon a prueba el léxico y la conexión mental de tu grupo-clase con este juego party de Brainpicnic.

El objetivo de este juego de mesa es “entrar en la mente” del resto de integrantes y escribir las palabras que crees que ellos escribirán… ¿Suena fácil? Pues, no lo es tanto. Para ello es necesario activar al máximo la memoria semántica e identificar qué palabras son más comunes.  

Todo este trabajo de conciencia semántica es la tarea perfecta para trabajar vocabulario con tus estudiantes de ELE. Y, aunque es un juego ideal para estudiantes de nivel intermedio (B1 y B2) con una ligera adaptación, podemos usarlo desde el nivel A1.

Componentes del juego

Dentro de una caja del tamaño de un libro de bolsillo nos encontramos, estratégicamente colocados, los siguientes elementos:

• 8 pizarras borrables impresas por ambas caras. Una de las caras presenta las tres tablas que necesitaremos para una partida completa. En el reverso figura una sola tabla; ideal para personas que necesitan más espacio para la escritura, como los niños o personas de edad avanzada.
• 8 rotuladores de pizarra con la parte para borrar.
• 55 cartas impresas a doble cara. En ellas aparece el término escrito en mayúsculas y una ilustración representativa de ese concepto. 
• Reglamento. Como en todo juego party, las instrucciones son muy sencillas y, además, están redactadas con un lenguaje accesible para los estudiantes. Esto puede ser la excusa perfecta para trabajar la comprensión lectora.

¿Cómo se juega a Unánimo?

Todos conocemos juegos para trabajar vocabulario y conciencia semántica como el Stop, Tuttifrutti o las categorías, pero Unánimo le da una vuelta a la mecánica habitual. Aquí no se trata de ser el más original, sino todo lo contrario. Hay que demostrar el nivel de conexión con el grupo, ¡cuántas más coincidencias, más puntos ganarás! 

Una partida se desarrolla en tres rondas. En cada ronda, se saca una tarjeta con una categoría y se deja a la vista de todos los jugadores. De manera simultánea, y respetando el tiempo establecido previamente, cada jugador escribirá 8 palabras en su pizarra.

Una vez finalizada la ronda, llega el recuento de puntos. Los jugadores van diciendo sus palabras. Aquellas personas que tengan esa palabra levantarán la mano (un buen trabajo de discriminación auditiva). Cada coincidencia suma un punto. Si nadie ha escrito esa palabra, el jugador que la ha dicho anota 0 puntos, ¡mala suerte!

Para jugar la siguiente ronda, se saca una nueva tarjeta y se siguen los mismos pasos. Al final de las tres rondas, se sumarán todos los puntos y sabremos quiénes tienen mayor afinidad dentro del grupo.

¿Por qué es ideal para nuestras clases de español?

En el mercado hay muchísimos juegos de este estilo, pero muy pocos consiguen cautivar tanto a profes como alumnos de todas las edades. Aquí tienes unos cuantos motivos para llevar Unánimo a tus clases de lengua:

• ⌛ Tiempo. Es un juego rápido, aproximadamente 20 minutos. Se juegan tres rondas y ¡listo!
• Portabilidad. La caja es del tamaño de un libro de bolsillo, así que los profes no tendremos problemas de peso y espacio en la mochila.
• Número de jugadores. Aunque el juego contiene solamente 8 pizarras, se puede jugar en grupos grandes. En este caso, simplemente tenemos que fotocopiar la plantilla o escribir las listas directamente en un papel.
• Niveles. Puede usarse desde el nivel A1 hasta los niveles superiores. En los niveles iniciales es importante seleccionar cuidadosamente las tarjetas.  Importante: En caso de usarlo en nivel A1, es recomendable reducir el número de palabras, por ejemplo, 5 o 6 por ronda.
• Edad. Aunque en la caja figura como edad mínima 8 años, con pequeñas modificaciones pueden jugar niños menores, siempre que ya hayan entrado en la fase de lectoescritura.
• Infinidad de términos. Las 55 tarjetas de conceptos vienen impresas a doble cara, lo que hace un total de 110 temáticas. Además, la editorial ha optado por usar doble código (palabra + imagen). Esto nos permite usar esas mismas tarjetas para un sinfín de actividades fuera del propio juego.
• Adaptación curricular. Podemos aprovechar la mecánica del juego y adaptarlo a otros contenidos del currículo. ¿Qué tal si trabajamos cultura? Capitales de Hispanoamérica, artistas hispanos, gastronomía típica, etc.

¿Qué aspectos de competencia lingüística trabajamos?

Unánimo, nos facilita la mejora de diferentes competencias lingüísticas muy importantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestros alumnos. Algunas de ellas son las siguientes:

• Fluidez verbal y conciencia semántica. Tenemos que conseguir 8 palabras relacionadas con un tema y esto requiere rapidez en la recuperación del léxico.
• Identificación de palabras clave. El léxico más frecuente de una categoría es lo que nos proporcionará un mayor número de puntos.
• Discriminación auditiva. Solo se conseguirán puntos por las palabras que sean exactamente iguales. Hay que prestar atención a las terminaciones de género y número, así como reconocer las palabras dichas por los otros jugadores.
• Conciencia fonológica y principio alfabético. Entre las variantes de juego está el prohibir determinadas iniciales o exigir que las palabras empiecen o contengan un determinado sonido.
• ✍ Escritura. Hay que escribir las palabras y es importante hacerlo correctamente o no serán válidas. 
• Expresión oral. Una vez recopiladas las palabras, podemos pedir a los estudiantes que expliquen por qué las han elegido. También pueden explicar el significado de las palabras más difíciles.
• Comprensión lectora. El reglamento es muy sencillo y está explicado de una manera muy clara. Siempre es un buen ejercicio que sean los estudiantes quienes lean las instrucciones antes de jugar.

Por todos estos motivos, Unánimo es un juego ideal, no solo para clases de ELE, sino también lengua castellana o sesiones de logopedia o audición y lenguaje. Solamente tienes que decidir qué campos semánticos quieres trabajar o si solo quieres aprovechar la mecánica y generar nuevas categorías. El aprendizaje y las risas están asegurados.

¿A qué esperas para llevar Unánimo al aula?